La capital aragonesa tiene 173 puntos de venta de productos procedentes del comercio justo, una cifra que se ha multiplicado por casi 60 en los últimos 10 años y que la sitúa, a proporción del número de habitantes, por delante de otras capitales españolas como Madrid. La Federación Aragonesa de Solidaridad (FAS) está elaborando un informe junto con el departamento de Cooperación al Desarrollo del Ayuntamiento de Zaragoza para poder solicitar, en un futuro, el reconocimiento como ciudad amiga del comercio justo. Dicho informe, todavía en redacción, constata que el consumo que fomenta las relaciones igualitarias Norte- Sur es una tendencia al alza en la capital aragonesa.
«Hace poco más de diez años, en Zaragoza solo había tres tiendas en las que se podían comprar productos de comercio justo. Hoy en día se han multiplicado los puntos de venta», destacó Javier Parcero, técnico de la FAS especialista en la materia. «En Zaragoza hay 78 cafeterías con café y cacao procedente del comercio justo, 33 puntos de venta minorista, 61 supermercados que ofrecen en sus estanterías estos productos y una tienda ‘online’ de cosmética», resumió Parcero. Además, seis de las tiendas especializadas también están en internet.
Desde 2005, la creación del sello Fair Trade (comercio justo en inglés) impulsó la certificación de productos concretos y abrió la puerta a vender estos artículos más allá de las tiendas especializadas. En estos diez años, según los datos que maneja la FAS, se ha invertido la tendencia en la adquisición de productos. Los consumidores han pasado de decantarse principalmente por la artesanía a los alimentos, que ya suponen el 93%.
Lo más vendido
«Lo que más se vende, con diferencia, es el café, porque se trata de un producto que se puede conseguir en tiendas, cafeterías, supermercados y en máquinas expendedoras», explicó Parcero. Además, todos los centros municipales de Zaragoza ofrecen café de comercio justo, por un acuerdo firmado en 2008. El azúcar y el cacao y sus derivados son los otros ‘reyes’, y la artesanía se queda en un 5 % de las compras. «La cosmética está totalmente en alza, en línea con la tendencia social que vemos de mayor preocupación por el cuidado personal», afirmó Parcero. Todos estos productos proceden de países como Nicaragua, Etiopía, Filipinas, Ecuador o Haití, entre otros.
A pesar de que en Zaragoza es un sector pujante, la crisis económica ha reducido en un 50% los ingresos del comercio justo a nivel nacional. Si en 2009 se generaban 11 millones de euros anuales, en 2015 solo fueron a 5,5 millones. Las economías maltrechas compran mirando hasta el último céntimo, pero Parcero insiste en que hay que comparar los precios con productos de la misma calidad, y así «se desmitifica que el comercio justo es más caro». «Cuando adquirimos artículos muy baratos hay que pensar que alguien sí lo está pagando en lugar de nosotros, en forma de explotación laboral o de destrucción del medio ambiente», dijo.
El objetivo de aspirar al reconocimiento como ciudad supondrá la creación de un foro por el comercio justo que integrarán varios actores (el Consistorio, la FAS, la Federación de Asociaciones de Barrios, la Asociación de Bares y Cafeterías de Zaragoza y las asociaciones de consumidores, entre otras), en el que se impulsarán medidas de sensibilización y educación tanto en colegios como en los distintos barrios. Sin embargo, la concejala de Derechos Sociales, Luisa Broto, reconoció que la «voluntad es entrar en la red de ciudades amigas del comercio justo pero hay que presentarlo primero al resto de opciones políticas». Para conseguirlo, las ciudades deben contar con un mínimo de establecimientos que vendan estos productos en función de su número de habitantes y debe haber un compromiso del Ayuntamiento en las licitaciones públicas y en programas educativos que sensibilicen sobre el tema. Según la FAS, el reconocimiento podría solicitarse en los próximos meses, pero desde el Consistorio lo ven como una «voluntad» y no fijan fechas.