El comercio justo cumple 30 años en España, mientras que en Aragón ya se supera el cuarto de siglo desde que la primera tienda abrió en Zaragoza. Muchos de los primeros establecimientos que ofrecían café, chocolate y azúcar, asegurando un salario digno en el país de origen y una menor contaminación, estaban coordinados por alguna ONG. Sin embargo, con el paso de los años esta dinámica ha cambiado y ahora podemos encontrar productos de comercio justo casi hasta en el bar de debajo de casa. “El comercio justo se está expandiendo y a veces ni siquiera somos conscientes de que lo estamos tomando”, explica Javier Parcero, responsable de Suralia, el espacio de Comercio Justo de la Federación Aragonesa de Solidaridad.
Parcero señala que hoy en día hay muchas empresas distribuidoras de café que ofrecen este tipo de productos tanto para las máquinas de ‘vending’ como para cualquier tipo de cafetería, “ya que la diferencia de precio es mínima, mientras que la calidad es mayor”. Esta introducción de alimentos de comercio justo también se ha producido en los grandes supermercados, ya que cadenas como Lidl, El Corte Inglés o Carrefour tienen algún producto de estas características. No obstante, nada en comparación con lo que se vive en otros países de Europa. “En Francia, Carrefour tiene una línea de comercio justo, mientras que en España solo ofrece algún alimento concreto”, ejemplifica Parcero.
De este modo, de una tienda que había hace 25 años, ahora existen más de cincuenta establecimientos. Al menos, así se desprende de los datos que maneja Fairtrade Ibérica, la organización encargada de certificar los artículos que se ajustan a los estándares del comercio justo en España. La gran mayoría se encuentran en la provincia de Zaragoza, especialmente, en la capital; aunque también hay algunos en Huesca, pero casi ninguno en Teruel.
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